Con la llegada del verano y el buen tiempo las actividades acuáticas como la natación, el buceo y los deportes náuticos más activos, como el esquí acuático, wakeboard y windsurf se ven incrementados y con ellos ciertos tipos de lesiones auditivas por la entrada de agua en el oído.

Con las actividades de buceo, surfing y de alta velocidad, como el esquí acuático, pueden darse lesiones traumáticas (especialmente el tímpano) con cierta regularidad. La superficie de una masa de agua (piscina, lago o mar ) puede “abofetear” al oído cuando alguien cae mal, especialmente a grandes velocidades o desde altura , y envía una onda de presión hacia el tímpano lo que puede dañarlo. Esto no siempre produce una perforación o agujero en el tímpano, pero a menudo lo hace. Si una lesión de este tipo se asocia con alteración persistente de la audición, dolor o drenaje más de 24 horas, es muy recomendable ser visto por un especialista en otorrinolaringología para un examen cuidadoso, incluyendo un audiograma. La gran mayoría de tímpanos heridos se curan por sí solos y no requieren ningún tratamiento, sin embargo, ocasionalmente pueden requerir atención en el momento de la lesión para evitar una mala cicatrización y un procedimiento quirúrgico grande en el futuro .

Si además del golpe al oído sumamos mareos significativos asociados puede representar una condición mucho más grave que requiere atención inmediata. Mientras desorientación leve y breves mareos pueden parecer normales después de caerse en un wakeboard o con incidentes similares, mareos severos y persistentes deben ser evaluados lo antes posible para estar seguro de que no ha ocurrido una lesión potencialmente peligrosa en el oído interno . Afortunadamente, estos episodios más graves son mucho menos frecuentes.

Otro problema sin duda el más frecuente que suele atenderse en las consultas de atención primaria y centros de urgencias es La otitis externa u “oído de nadador”. El dolor en el oído (a menudo severo) con el bloqueo del conducto auditivo y, ocasionalmente, el drenaje de material purulento son características de este problema. La oreja está hipersensible a la presión, manipulación o tracción del pabellón auditivo. Si bien esta infección suele responder bien a gotas óticas con antibióticos, especialmente cuando el tratamiento se empieza pronto, puede a veces ser difícil de resolver y necesitar una limpieza cuidadosa con microscopio realizada por un especialista en otorrinolaringología. Se trata esencialmente de una infección localizada en y sobre la piel del conducto auditivo y puede involucrar a bacterias u hongos. En los casos en los que este problema se produzca con frecuencia, medidas preventivas adicionales pueden ser recomendables, tales como gotas preventivas o tapones para los oídos.

Disfruta del verano y sus actividades acuáticas  y recuerda estos dos consejos, zambullirte lentamente en playas y piscinas y secar bien los oídos con la punta de la toalla o con un paño, después de cada baño, tanto si éste se produce en lugares públicos como en la bañera de casa!