¿Qué son?

Los barotraumas son las lesiones que se producen durante o después del buceo por no poder acomodar los cambios de presión.  Pueden ir desde un leve taponamiento de uno o ambos oídos, sin molestias, hasta el dolor intenso con hemorragia por causa de la rotura del tímpano, pasando por el derrame de líquido dentro del oído.

Las actividades que pueden ocasionar barotraumas son el buceo, en todas sus facetas, el paracaidismo, la aviación, la utilización de explosivos o su exposición, la cámara hiperbárica

y todas aquellas circunstancias en las que aparezca un cambio relativamente brusco o suficientemente rápido de la presión ambiental.

¿ Qué síntomas tienen?

Durante al inmersión se siente una presión que va en aumento, de la sensación a la molestia y luego dolor; si no paramos, se produce la rotura del tímpano; en ese momento se siente un dolor intenso y puede aparecer vértigo (lo cual es muy peligroso estando bajo el agua).

Tras la inmersión, el más frecuente es simple taponamiento producido por una diferencia en la presión fuera y dentro del oído, lo que tensa el tímpano sin lesionarlo. La mayoría de las veces se resuelve de manera espontánea en muy poco tiempo.

Si la diferencia de presión ha sido suficientemente importante puede presentarse congestión en el tímpano, un derrame de líquido seroso o incluso sangre dentro del oído; el dolor es más importante y, tras el buceo, el taponamiento es mayor y dura incluso días.

En casos extremos, la presión ejercida sobre el tímpano puede llegar a desgarrarlo, produciendo un sangrado y una pérdida de audición mayor y más prolongada. En caso de rotura del tímpano, frecuentemente entra agua dentro del oído medio, lo que añade una infección a los síntomas de la rotura timpánica.

¿Como se diagnostica?

Para establecer el alcance de las lesiones recurrimos a la otoscopia (mirar el oído) que en casos leves no mostrará alteraciones; en casos moderados veremos una congestión timpánica (el tímpano está enrojecido) y alrededor del martillo de ven vasos sanguíneos dilatados; en casos más severos veremos lo anterior y un derrame de líquido claro dentro del oído; si el barotrauma ha sido mayor, el derrame será sanguinolento; finalmente, en casos más graves, vemos una hemorragia en conducto auditivo y una perforación en el tímpano, con o sin infección acompañante.

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¿Cómo se tratan?

Los casos leves no precisan tratamiento y los síntomas desaparecen en horas.Si hay congestión timpánica, pero no líquido en oído medio, pueden darse antiinflamatorios unos días, pero tampoco es imprescindible. Si hay derrame en el oído (con o sin sangre) el tratamiento se basa en descongestionantes nasales (para la trompa de Eustaquio) y antihistamínicos o incluso corticoides orales. Hay que valorar la conveniencia de una cobertura antibiótica para prevenir que el derrame se infecte. Si se ha producido una rotura timpánica, se dan analgésicos y se valora una cobertura antibiótica. La mayoría de estas perforaciones cierran solas, pero hay que realizar un seguimiento para asegurarse.

En todos los casos, no se debe volver a bucear ni volar hasta la completa desaparición de los síntomas, so pena de padecer nuevos barotraumas.

¿Cómo prevenirlos?

Para prevenir la barotitis, los buceadores que utilizan escafandra autónoma y los individuos que viajan en avión deben tener una trompa de Eustaquio que funcione normalmente, así como ser capaces de “destaponar los oídos” mediante las maniobras de deglución, bostezo o autoinsu-flación. Cualquier patología que dificulte el funcionamiento de la trompa nos expone a un barotrauma, como un resfriado o una crisis de alergia. Si antes de bucear no podemos realizar una maniobra de Valsalva el riesgo de padecer molestias es mayor y si el cambio de presión es brusco e intenso podemos padecer incluso lesiones en el oído.

Si, tras bucear, presentamos molestias de cualquier grado, es importante no volver a bucear hasta la completa recuperación, ya que posteriores inmersiones sólo agravarán las lesiones.

En cualquier caso no son peligrosos incluso en los casos de rotura de tímpano ésta suele cerrarse sola. En todo caso, debe realizarse un seguimiento para confirmar que la perforación ha cicatrizado normalmente. Mención aparte merecen los pacientes que han sido intervenidos del oído con una reconstrucción de cadena de huesecillos o por otoesclerosis. En estos casos, la anatomía modificada quirúrgicamente puede favorecer que el traumatismo por presión se extienda al oído interno, lo cual puede provocar pérdidas auditivas mucho más importantes e incluso permanentes.