El Dr. Carbonell, otorrino en Palma de Mallorca, nos explica en el siguiente post qué es la sordera súbita, sus síntomas, causas, diagnóstico y tratamiento.

La sordera súbita es la pérdida súbita de la audición neurosensorial de más de 30 decibélios (dB) en más de tres frecuencias consecutivas. Su aparición es brusca (minutos, horas), puede ser una pérdida de moderada a severa e incluso completa.

El síntoma principal es la pérdida de audición, de aparición brusca. Ocasionalmente se acompaña de otros síntomas como un acúfeno o pitido y una inestabilidad o vértigo. En el caso del acúfeno, puede ocurrir que el paciente no detecte la pérdida de audición ya que, al oír un pitido, el paciente cree que oye y que es el ruido el que no le deja oír bien. Otros síntomas como el dolor, el sangrado o la supuración por el conducto auditivo NO SE ASOCIAN con esta enfermedad.

La causa de esta enfermedad no está clara aunque existen tres teorías sobre su origen:

1.- Causa vírica. Se produce una infección vírica que afecta el nervio auditivo, lo cual produce la pérdida de audición. El que, en ocasiones, se presente durante o poco después de un resfriado de vías altas, ha hecho que se haya postulado que podría ser ese mismo virus el causante; también se ha planteado la posibilidad de que sea un herpesvirus. Actualmente es la teoría que cuenta con mayor aceptación.

2.- Causa vascular. Es origen del la patología sería una alteración en el riego sanguíneo del nervio (microembolia).

3.- Causa autoinmune. El propio sistema inmunitario ataca al nervio y lo lesiona

El diagnóstico como siempre parte con la realización de una escrupulosa historia clínica, lo siguiente es la otoscopia, que es mirar el tímpano a través del conducto auditivo, para lo cual, a veces, hay que limpiar antes el conducto de cera; esta exploración siempre es normal. El siguiente paso es realizar una acumetría, que es un estudio mediante diapasones y que nos permite diferenciar entre hipoacusias transmisivas y neurosensoriales. Por último se realiza la audiometría, que confirma el diagnóstico y mide la cantidad de audición que se ha perdido. Es habitual solicitar una resonancia magnética tras el diagnóstico, para ver el nervio auditivo implicado (es una técnica de imagen NO invasiva).

Por último, el tratamiento dependerá de la intensidad de la pérdida de audición y del tiempo de evolución. La base del tratamiento son los corticoides (cortisona), los esteroides se utilizan para tratar muchos trastornos diferentes. Su función es reducir la inflamación y la hinchazón y ayudar al cuerpo a combatir enfermedades. En casos con pérdida leve o moderada y sin síntomas acompañantes, la pérdida podría recuperarse sin tratamiento, pero aún así, es aconsejable dar corticoides durante una o dos semanas. Si al pérdida es más importante o se acompaña de acúfenos intensos o inestabilidad, los corticoides se administrarán con sueros (lo cual requiere ingresar al paciente) o directamente en el oído (lo que permite que el paciente no ingrese). El tratamiento puede completarse con vitaminas y/o fármacos para mejorar la microcirculación del oído.

De producirse recuperación con la medicación, ésta puede ser total o parcial y tardar semanas en producirse; a veces mejoran los acúfenos o los mareos, pero no la pérdida de audición. Cuanto mayor sea la pérdida o más se tarde en empezar el tratamiento, menos posibilidades hay de recuperación.